Llega el buen tiempo y como no ¡¡¡¡¡los helados!!!!!. Soy una adicta a ellos, me chiflan, me encantan, me vuelven loca, son mi perdición, podría estar comiendo helado todo el día, es algo que puede más que yo, soy una heladoadicta, lo confieso.
Claro está, como podéis imaginar, con esta adicción que tengo, pues el año pasado me compré la heladora del lidl y empecé mis pinitos en este apasionante mundo de los helados caseros. Quedé muy sorprendida cuando descubrí que están buenísimos, nada que envidiar a los comprados.
Para la elaboración de los helados caseros se necesita glucosa o en su defecto azúcar invertido, esto es para que al congelarlo no se cristalice y quede súper cremoso. Y bueno, como quiero contaros como los hago yo, pues primero quiero explicaros como se hace el azúcar invertido, el cuál podréis guardar en la nevera en un recipiente de cristal durante unos 10 meses.
Nos hará falta un termómetro de cocina.
Ingredientes:
- 150 ml. de agua mineral.
- 350 gr. de azúcar.
- 1 sobre de ácido tartárico y málico (sobre blanco).
- 1 sobre de bicarbonato sódico (sobre morado).
- (esto lo podréis encontrar en el mercadona, al lado del bicarbonato, la levadura....).
- En un cazo, ponemos el agua y cuando alcance los 50º le añadimos el azúcar.
- Seguimos calentando y cuando llegue a los 80º añadimos el sobre del ácido tartárico y málico (blanco). Dejamos enfriar.
- Cuando llegue a los 65º, poco a poco, vamos echando el sobre del bicarbonato de sodio (morado). Reaccionará provocando una esfervescencia.
- Dejamos enfriar completamente y lo guardamos en un tarro de cristal.
- Metemos en el frigorífico y ya tenemos nuestro azúcar invertido para cuando nos haga falta.
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