Bueno, os cuento que además de estar buenísimo, si no lo vais a gastar en el día se puede congelar envolviendo cada uno en papel de aluminio. Cuando lo valláis a gastar solo tenéis que sacarlo y dejarlo que se descongele y sigue estando igual de bueno.
Desde que los hice la primera vez, en casa siempre hay en el congelador.
Y sin más rollos ahí va la receta....
Ingredientes:
- 300 ml. de leche semi desnatada.
- 1 huevo batido.
- 30 ml. de aceite de girasol.
- 1 cucharadita de sal.
- 550 gr. de harina de fuerza.
- Una pizca de azúcar.
- 1 sobre de levadura seca.
- Sésamo.
Elaboración:
- En un bol mezclamos la leche, el huevo, el aceite y la sal.
- En otro bol más grande echamos la harina, el azúcar y la levadura. Hacemos un volcán y ponemos en su interior la mezcla de la leche. Mezclamos bien todos los ingredientes hasta que quede una masa homogénea, tapamos con un paño limpio y lo dejamos levar hasta que doble su volumen, aproximadamente 1 hora.
- Cuando haya levado ponemos la masa en la encimera de la cocina y amasamos con las manos para interrumpir la fermentación.
- Dividimos la masa en 8 porciones de igual tamaño, hacemos una bola y la aplastamos un poco para que queden chatos.
- Forramos la bandeja del horno con papel y los dejamos reposar en ella con un paño por encima durante 1 hora más, dejando una separación entre ellos.
- Precalentamos el horno a 220º con calor arriba y abajo.
- Una vez que hayan doblado su volumen los rociamos con agua y les ponemos sésamo por encima.
- También pulverizamos el horno con agua.
- Bajamos la temperatura a 200º y horneamos 15 minutos
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